Gonzalo del Prado (Antena 3 Noticias): 'El éxito de los medios reside en su credibilidad y en ser referencia'
Gonzalo del Prado (Sevilla, 1975) es uno de los rostros más conocidos de Antena 3 Noticias. El periodista terminó la doble licenciatura de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra en 1997 y compaginó sus estudios con las primeras prácticas. Tras pasar por la radio universitaria y por El Periódico de Aragón, comenzó a formar parte de la plantilla de Antena 3 Aragón cubriendo el trágico suceso de la riada en el camping de Biescas. Después trabajó para el Canal Internacional de Antena 3, en la sección de deportes durante dos años. Del Prado nunca fue un apasionado del deporte, pero sí tenía claro que trabajar en esta sección sería lo que le hiciese dar el salto para conseguir su sueño, el periodismo sobre cine. Ha participado en varias Jornadas de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández y fue padrino de la VI Promoción de periodistas de esta Universidad.
Desde tu experiencia, ¿consideras que un periodista todoterreno, capaz de entrevistar, grabar y editar a la vez, va a elaborar una pieza audiovisual de mayor nivel que otra realizada por varios periodistas?
Cada caso es cada caso; puede haber periodistas todoterreno muy brillantes, cada vez más por la precariedad de la profesión, se trata de una tendencia. Por ejemplo, estoy pensando en un compañero mío de profesión, Mikel Ayestarán. Mikel es corresponsal en Oriente Medio y suele trabajar para Vocento, para ABC, y también para ETB. Creo que él elabora sus crónicas televisivas simplemente con la ayuda de alguien a quien le tiene que decir: “toma, aguántame la cámara”. O sea, que Mikel graba, mete el micro y hace un poco de todo. Y como es un tipo brillante, lo hace muy bien. Está claro que si cuentas con un equipo de cinco personas, muy profesionales, uno que se encargue de grabar, otro del sonido, otro que sea el reportero, otro el guionista y otro que se encargue del montaje… Si son cinco personas, normalmente, cinco cerebros trabajan mejor que uno. Cinco pares de ojos ven más, cinco van a hacerlo mejor. Cuantas más personas colaboren, el trabajo va a ser mejor. Es bueno que el periodista sepa cómo es el trabajo del [operador de] cámara y que éste conozca cómo trabaja el periodista. Pero lo más importante es que haya comunicación, que todo el mundo tenga en cuenta el trabajo de los demás para así hacer mejor el suyo.
Foto: Majo Montalvo (Periodismo UMH)
¿Son las facultades de Periodismo las que realmente forman buenos profesionales de la información?
Yo creo que sí. Siempre digo que los periodistas vamos a un sitio, vemos lo que pasa, lo tamizamos por nuestro filtro personal y lo contamos. En las facultades se nos enriquece, se nos amplía y se nos profundizan esos filtros. Voy a poner un ejemplo muy claro: si no sabes ortografía o no sabes escribir, puedes ir a un sitio y darte cuenta de lo que pasa pero luego lo vas a escribir mal. La universidad forma mucho a la persona y desarrolla ese bagaje intelectual. Allí aprendes nociones de fotografía, nociones de montaje, cómo escribir una crónica… Está claro que luego hay una parte muy importante para el periodista que es el oficio. Cuando un becario en la redacción ve que son las tres y cuarto y aún no has entregado tu pieza, muchas veces te dice: “a mí me daría un ataque al corazón”. Pero cuando hayas hecho 500 piezas ya me hablas, ¿no? El oficio te hace saber controlar los tiempos. Es como un zapatero: cuando has fabricado un zapato, en el primero que haces te cuesta clavar los clavos, te cuesta fijar el empeine… Pero cuando llevas 500 zapatos, eres capaz de hacer zapatos casi con los ojos cerrados. Está claro que cuánto más oficio tengas, mejor te saldrá tu trabajo. Esa es una parte que la facultad no puede suplir, pero sí te pueden decir: mira, los mejores materiales para hacer zapatos son el cuero y el terciopelo. Y tienes que procurar dar los martillazos perpendiculares porque el clavo entrará mejor. Las “cinco W” las aprendí en la facultad; cómo se desarrollan es parte del oficio. La facultad te tiene que enriquecer como persona y darte conciencia de periodista. Es bueno no dejar de formarse nunca; yo vengo cada año a la UMH porque es parte de mi formación. Repensar mi oficio, repensar mi profesión es parte de mi trabajo. Conviene no dejar de formarse y estar en contacto con el foro universitario porque es donde se cuecen las cosas: “oye, mira, hay unos chavales en la facultad de Elche han hecho este tipo de Informativo”, tú lo ves y piensas “qué buena idea”.
“Es bueno no dejar de formarse nunca; vengo cada año a la UMH porque es parte de mi formación. Repensar mi oficio, repensar mi profesión es parte de mi trabajo”
¿Qué características debe tener un periodista en la actualidad para que le diferencie del periodista de hace 10 años?
Está claro que ha de tener una faceta tecnológica, conocer todos los medios y formas de contar historias. Por ejemplo, hace diez años no existía Snapchat. Es bueno que conozca las nuevas herramientas, no puede decir que “esto de Internet me suena a chino”, “esto de la nube, ¿qué es la nube?”. Hay muchas virtudes que se siguen manteniendo y resultan esenciales: narrar historias, saber mirar, saber escuchar y saber contar. Por ejemplo, hace diez años el tema de los idiomas no era tan importante, pero siempre aconsejo: “ante la duda, estudia inglés”. Porque os ampliáis el mercado laboral. A lo mejor antes era impensable que alguien pudiese trabajar en la BBC en Pakistán y ahora resulta mucho más fácil.
La revolución tecnológica ha propiciado que cualquier persona pueda informar a través de plataformas como Twitter o Facebook. ¿Crees que las redes sociales han desprestigiado el periodismo?
Yo no creo que hayan desprestigiado el Periodismo. Sí que han hecho que pequemos más en ciertas cosas como el no contrastar noticias, el no acudir a las fuentes directas… A veces se usa como fuente un tuit: “Mario Vargas Llosa ha muerto”. Antes, a lo mejor la noticia llegaba mucho más tarde, y hoy llega mucho más rápido, pero ahora resulta más fácil que caigamos en ciertos vicios que antes no existían. También crece la inmediatez, esa lucha por quién da la noticia primero. Y a lo mejor se puede decir “Pepito Pérez ha muerto”, y nadie se ha molestado en contrastarlo, en llamar a su representante, a su hermano o a su mujer. Las redes sociales han generado nuevos vicios, que quizás también son más visibles. Si anuncias que “no sé quién ha muerto”, es más fácil también que la gente se dé cuenta antes e incluso lo comente; entonces tu “fallo” será más notable.
“Resulta esencial narrar historias, saber mirar, saber escuchar y saber contar”
Nos enfrentamos a un panorama periodístico marcado por la postverdad y la desinformación. ¿Piensas que los ciudadanos se preocupan por tener una buena dieta informativa diaria?
El éxito de los medios reside en su credibilidad y en saber convertirse en elementos de referencia. Los grandes periódicos, ¿cómo mantienen su prestigio? A base de calidad en la información, de exclusivas… ¿Puede haber un ciudadano anónimo que de repente se convierta en referente mediático? Sí, pero creo que lo conseguirá si da buena información, creíble, si la da antes que nadie… Lo que hace que los medios sean medios es que las noticias lleguen a todo el mundo.
Foto: Antena 3 Noticias
Cada vez menos gente está dispuesta a pagar por la información, ya que pueden obtenerla de manera gratuita en formato digital. ¿Cómo se podría intentar cambiar esta mentalidad en España?
Si se ofrece un periodismo de calidad, creo que la gente puede llegar a pagar, aunque en España cuesta más que en otros países. Un tema que me parece fundamental es el del vídeo “on demand”; hace unos años cuando la piratería estaba más instaurada era impensable que Netflix, HBO o Movistar Plus triunfasen. Se basan en una buena oferta, si se les pone unos precios razonables y si se conciencia sobre qué supone la piratería. Netflix ahora está asentada y triunfando, y antes era muy normal que la gente piratease la señal de los partidos de fútbol. Si le ofreces al lector, al espectador una información de calidad a un precio razonable de alguna forma diferenciada, puede que se llegue a pagar por ello. Aún tardará; por eso ahora surgen los sistemas mixtos, que también tienen cierta exclusividad: si quieres acceder a ver los goles del Madrid, tiene que ser en esta página. Y quizá la gente piensa: “mira, me vale la pena darme de alta en la página esta porque puedo ver los goles a posteriori, y además me ofrecen este reportaje…”. Hace unos años las plataformas de vídeo “on demand” eran más que impensables. En España mucha gente piratea, ve películas descargadas de Internet, y aunque sigue habiendo piratería, con esta relación calidad/precio se está consiguiendo que la gente pague.
“Si le ofreces al lector, al espectador una información de calidad a un precio razonable de alguna forma diferenciada, puede que llegue a pagar por ello”
Has entrevistado a grandes personalidades como Clint Eastwood, Tom Cruise o Emma Watson. ¿Qué se necesita para elaborar una buena entrevista?
Ahora está todo muy mediatizado. Por ejemplo, en el cine, durante los días de promoción, el tiempo que tienen los actores está muy milimetrado. A lo mejor te dicen: “de 11:00 a 13:00 vamos a meter a veinte televisiones”. Y se supone que te van a dar a ti seis minutos para la entrevista. ¿Las claves? Saber romper el hielo y cómo empatizar… Porque tienes cinco minutos con ese actor y de esos cinco minutos depende todo. No es lo mismo que esté con la guardia en alta a que se encentre relajado. Te pongo un ejemplo: la chica de Fast and Furious, Jordana Brewster. Me acuerdo que en la segunda película, vinieron Paul Walker y ella a España a promocionarla, y entonces entré en la entrevista con Jordana y le dije: “Lo primero de todo, creo que la película tiene un fallo de guion muy importante”. Y ella se quedó en plan “¿qué me estás contando?”. Y le expliqué: “Sí, que una chica tan espectacular como tú haga de hermana en la ficción de una mala bestia como Vin Diessel”. Entonces ella se empezó a reír y la entrevista fue muy bien. También hay que tener muy claro lo que quieres; siempre suelo hacer una pregunta que hable de la película, porque en el fondo vengo a informar sobre ella. Pero también hablaré con Clint Eastwood sobre su carrera, o sobre Almería porque he visto que ahí había una anécdota. Hay que tener muy claro qué preguntas quieres hacerles, porque tienes cinco minutos como mucho. Hay que romper el hielo, saber qué preguntar e ir “a muerte”, como quien dice.