Innovación periodística en Latinoamérica: una mirada arbitraria y parcial, pero alentadora

Este artículo podría partir con una obviedad del tipo “en los últimos veinte años el periodismo ha cambiado drásticamente”. En vez de eso prefiero constatar una situación. Dos situaciones, mejor dicho, relacionadas con lo que podríamos llamar “el periodismo sobre periodismo”: el metaperiodismo, una rama del oficio a la que le gusta mirarse el ombligo.

La primera situación: cuando hablamos de innovación en el periodismo, de tendencias o acciones rupturistas y experimentales, miramos con devoción —especialmente en Latinoamérica— lo que se está haciendo en medios estadounidenses o europeos. Consultar publicaciones como el Nieman Lab o las tendencias de internet de Mary Meeker son actos confesionales o peregrinaciones digitales incuestionables. Y qué bien que así sea, aunque debemos entender los sesgos que ese fervor conlleva.

La segunda situación: cuando hablamos de innovación periodística existe el riesgo de centrar todo en los medios de comunicación —en los medios como una estructura, infraestructura y cultura de trabajo que debe ser revolucionada— y no en otras formas e iniciativas periodísticas que son más líquidas, inestables, flexibles, efímeras. Que aún son indefinibles. Así como desde la misma BBC nos invitan a pensar más allá de los artículos de 800 palabras, propongo que también pensemos el periodismo más allá de los medios.

En julio de 2017 hicimos un llamado a través de Puroperiodismo, la revista de medios de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, en Chile. La idea era construir, de forma colaborativa, una base de datos que reuniera iniciativas periodísticas innovadoras en Latinoamérica. No quisimos centrarnos en nuevos medios. Para eso existen excelentes directorios, de actualización permanente, en SembraMedia y Los Nuevos Medios. Lo que buscamos, en cambio, fue abrir la pregunta sobre qué significa innovar en el periodismo que se hace en esta región.

Habilitamos un formulario, difundimos y nos sentamos a esperar. En tres meses hemos recibido 25 iniciativas de 13 países. Muchas han sido de Argentina (7), pero también de Venezuela (5), Perú (3) y Cuba (2). No es una muestra representativa ni pretende serlo. De hecho, no hemos recibido propuestas desde España o Portugal (aprovecho de pasar el dato). Pero sí es un intento por tomar el pulso de las ideas y los latidos innovadores que se están sintiendo en Latinoamérica.

Qué hemos destacado

Comenzamos con “En malos pasos”, una iniciativa de la productora Dromómanos que recorre los siete países más violentos de América Latina. Para eso piden ayuda para que desde la comunidad envíen historias, aporten datos, contextualicen o simplemente reaccionen al trabajo que están llevando a cabo el español José Luis Pardo y la mexicana Alejandra Sánchez Inzunza, líderes del proyecto, quienes estuvieron presentes en la última edición del Festival Gabo.

image alt text Alejandra Sánchez y José Luis Pardo, impulsores del proyecto Dromómanos.

#WeAreClimate, en cambio, es un proyecto que combina periodismo y meteorología para hablar sobre el cambio climático. Eri Sánchez y Enzo Campetella, argentinos, habían cosechado una exitosa experiencia con TiempoPatagónico.com, un sitio de pronósticos que recibe 250 mil visitas mensuales. Con #WeAreClimate apuestan por una cobertura global, en inglés, y a través de uno de los canales de distribución de moda: un boletín al que se pueden suscribir acá.

Luego nos interesamos en la experimentación obsesiva de UNO, un medio argentino pensado en millenials que no se despegan de sus teléfonos. Ezequiel Apesteguia, el Product Manager de UNO, nos contó cómo lograron un crecimiento explosivo y, fundamentalmente, qué hicieron para conectar con su audiencia: “La voz de UNO —explicó Ezequiel— es una voz joven, informal e irreverente. Y no es la misma siempre: esa voz se adapta al lenguaje de cada plataforma”. Esa ductilidad innovadora fue premiada el 10 de octubre, cuando recibieron dos reconocimientos en los World Digital Awards 2017.

El equipo de UNO (Argentina).

Y el último medio que destacamos es postdata.club, un proyecto que pretende contar la realidad cubana a través del periodismo de datos y que, con menos de un año de vida, fueron nominados a los Data Journalism Awards junto a medios como Five Thirty Eight y La Nación de Costa Rica. Es decir, la élite de esta división del periodismo.

image alt text El equipo del proyecto cubano posdata.club

Pero hay más. Desde propuestas formativas hasta nuevas narrativas, experimentos sonoros e intervenciones que son compartidas por redes sociales.

Nina Weingrill compartió el trabajo formativo de Énois, una escuela presencial/virtual de periodismo que trabaja en las periferias de São Paulo (Brasil) y busca la reinserción de jóvenes en los medios, para hacerlos más complejos y diversos. Desde México, Isela Carrasco advirtió sobre la necesidad de innovar en la formación universitaria de periodistas frente a los casos de extrema violencia que afectan a la profesión. “La universidad debe responder a sus compromisos y brindar una respuesta al conflicto preparando a sus estudiantes para el contexto violento”, escribió en una columna.

Nelly Luna y Fabiola Torres, dos de las fundadoras de Ojo Público de Perú —un excelente medio de periodismo de investigación y nuevas narrativas—, nos contaron sobre dos proyectos que exploran la interactividad y la potencialidad en el relato. Nelly participó de “La guerra por el agua”, un cómic interactivo, inspirado en el trabajo del gran ilustrador maltés Joe Sacco, que cuenta el conflicto por el agua en la zona de Cocachacra, al sur del Perú. Fabiola presentó The Big Pharma Project, una investigación transnacional sobre los métodos de las farmacéuticas para preservar sus monopolios en América Latina. Fue liderada por Ojo Público junto a periodistas de Colombia, Argentina, Guatemala, México y Venezuela.

Desde Venezuela conocimos dos proyectos que buscan combatir la desinformación y la censura. Laura Helena Castillo es una de las creadoras de El Bus TV, un noticiero que se realiza al interior de los buses que recorren ciudades como Caracas, Valencia y Mérida, y que utiliza un marco de cartón que imita la pantalla de televisión. Se distribuye, en forma de video y tarjetas informativas, a través de Twitter, Instagram y YouTube, y se apoya en las grabaciones de los pasajeros de buses que también comparten sus experiencias en sus redes.

Katherine Pennacchio presentó Vendata, una plataforma online que pone al alcance de los venezolanos diversos contenidos de información pública, en formatos reutilizables. Se trata de la única fuente de datos abiertos en Venezuela, un país que no cuenta con una ley de transparencia y que rara vez respeta los artículos de la constitución que velan por el acceso a la información.

Una de las propuestas más atractivas en uso de tecnología es “Vivas nos queremos”, una aplicación desarrollada por la Universidad de Buenos Aires (UBA) que propone visibilizar la violencia contra las mujeres a través de la georreferenciación de audios, testimonios y postales sonoras. Al activar la aplicación, el usuario inicia una marcha por las calles de la ciudad y a medida que se acerca a lugares icónicos se reproducen los audios para sensibilizar sobre la violencia de género.

Más de la mitad (14) de las propuestas recibidas fueron presentadas o lideradas por mujeres. El dato nos interesa y por eso lo promovemos. Es más, según el informe “Punto de inflexión”, elaborado por SembraMedia con apoyo de Omidyar Network, en Latinoamérica casi un 40 por ciento de los medios nativos digitales más recientes han sido fundados por mujeres.

Otras iniciativas que hemos recibido quedan en el tintero: medios hiperlocales, plataformas que informan desde Venezuela a través de YouTube, medios que cubren la diáspora mexicana, blogs de deportes, un sitio de noticias positivas “que hacen bien”, una web que cubre el fútbol femenino mediante el periodismo narrativo o una interfaz que adapta sus noticias al lugar donde se está mostrando, como propone Super Graph en Argentina.

Dicen que en 1956, cuando Chile peleó por ser sede del Mundial de Fútbol de 1962, el dirigente Carlos Dittborn cerró su presentación en la FIFA con la frase “porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo”. La frase está en disputa, probablemente más cerca del terreno de la mitología que de la factualidad. Pero suena bien. Suena muy bien. Suena tan bien que es imposible no pensar que el periodismo latinoamericano también busca hacerlo todo, aunque no siempre se cuenten con los recursos, los equipos, la infraestructura o las garantías legales e institucionales para lograrlo.

Si quieres promover tu iniciativa, medio, aplicación o innovación periodística, completa el formulario en Puroperiodismo.

Patricio Contreras es editor de la revista de medios www.puroperiodismo.cl y académico de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, en Chile. También es cofundador de la iniciativa digital www.ojoentinta.com. Participará como ponente en el I Seminario Online sobre Periodismo Innovador en Latinoamérica el 14 de noviembre. Si deseas inscribirte gratuitamente, puedes hacerlo aquí.

Entradas recientes

Eva Belmonte (Civio): “Cuando cuento qué pasa con las ayudas públicas destinadas a la gente que más lo necesita, me siento útil como periodista”

Jose A. García Avilés

Los influencers de noticias y sus comunidades: ¿Por qué los ‘no periodistas’ están eclipsando a los medios?

Dámaso Mondéjar

Ismael Nafría, periodista y consultor: “Lanzar un medio de comunicación es posible hoy en día. No es una quimera, es una realidad demostrada”

Jose A. García Avilés

Demo Peláez, creador de Journo: ”La IA debe ayudarnos a llegar a estándares más altos de periodismo”

Félix Arias

Miriam Hernanz (Prisa Vídeo): “Vemos el vídeo como la palanca transformadora de los medios”

Jose A. García Avilés

Un proyecto nacido en el MIP: “Repítemelo otra vez”, atizar el estigma de la pérdida auditiva a través del video social

Silvia Cobo

Universidad con Sello de Excelencia Europea

La Universidad Miguel Hernández de Elche consiguió el Sello de Excelencia Europea 500+ en 2004, y posteriormente fue renovada en dos ocasiones consecutivas, la primera en 2007 y la segunda en 2009.