Avanzadillas contra la desinformación: cómo están innovando los verificadores
En un ecosistema mediático de creciente sobreinformación y abundancia de fuentes, donde aumenta la desinformación al servicio de determinados intereses e ideologías, es cada vez más necesario comprobar la veracidad de las noticias. Aquí radica una oportunidad para el periodismo. Los verificadores se multiplican en todo el mundo, de 44 en 2014 pasaron a 210 en 2019, según el Reporters’ Lab. En este artículo analizamos cómo están innovando cuatro iniciativas independientes de verificación: Chequeado, Full Fact, Pagella Política y Faktisk.
El aumento de la desinformación contribuye a impulsar el debate sobre el papel de los medios ante la verificación de las noticias y el lanzamiento de plataformas que se dedican al chequeo de la información. De acuerdo con el Reuters Institute for the Study of Journalism de la Universidad de Oxford, entre 2006 y 2016 surgieron decenas de iniciativas dedicadas a comprobar la veracidad de las noticias en más de 50 países: más de 90% de ellas fueron creadas a partir de 2010. El número de iniciativas globales ha crecido desde 44 en 2014 a 210 en 2019, según el Reporters’ lab de Duke University. En nuestro país destacan los casos de Maldita.es y Newtral.
Un análisis del Instituto para la Tecnología de la Información y Sociedad de la Universidad de California en Santa Barbara distingue tres factores que diferencian la desinformación actual de la tradicional manipulación informativa:
Quién: Ya no son solo los medios quienes difunden la información engañosa, sino activistas con fines ideológicos o lucrativos, ya sean agentes de inteligencia rusos, empresas de marketing político o adolescentes norteamericanos en los suburbios de las grandes ciudades.
Qué: No solo se puede manipular el contenido de una pieza escrita o audiovisual, sino también distorsionar imágenes o audios y fabricar fuentes falsas.
Cómo: Los manipuladores aprovechan las características de las redes sociales: actúan como agregadores que agrupan noticias sin valorar la ideología, lo que dificulta seguir la fuente y corroborar los datos; suelen compartirse y extenderse rápidamente; y se etiquetan según su popularidad, lo que potencia el impacto de las piezas más difundidas.
Como afirma Raúl Magallón, autor de Unfaking News. Cómo combatir la desinformación, conviene distinguir los distintos fenómenos que pueblan el territorio de la desinformación, tales como “posverdad, hechos alternativos, cámaras de eco, burbujas informativas, clickbait o granjas de contenidos”. En palabras de la experta Myriam Redondo, “la verificación digital no es una moda pasajera, sino que remite al buen periodismo de siempre”. Se vuelve indispensable el verificador profesional (fact-checker), periodista encargado de comprobar todos los datos de las informaciones y discursos publicados en busca de posibles falsedades o inexactitudes.
La primera iniciativa especializada íntegramente en fact-checking es Snopes.com, un sitio web norteamericano creado por David Mikkelson en 1994 para combatir la difusión de bulos y leyendas urbanas. Desde entonces, algunos proyectos de verificación han nacido de forma independiente y otros en el seno de las redacciones de los medios de referencia, como BBC Reality Check, Les décodeurs de Le Monde o Fact Checker de The Washington Post. Google, cuya relación con los medios ha sido siempre complicada por la absorción del mercado publicitario y por la reutilización de contenidos de Google News, lanzó en 2019 la herramienta Fact Check Explorer. También Facebook cuenta con una red de 25 “fact-checkers” en 16 países para verificar sus contenidos.
Según un estudio del Real Instituto Elcano, la mayoría de estas plataformas verificadoras funcionan como entidades independientes o como proyectos ligados a alguna organización civil. Las dos redes de referencia en la actualidad son la International Fact-Checking Network (IFCN) y First Draft News (FDN), ligeramente diferentes en su funcionamiento. IFCN, creada en 2015 por el Poynter Institute, funciona como una red global de verificadores que suscriben un “código de principios”: la transparencia en el uso de fuentes, transparencia en la financiación y en la metodología y el compromiso de corregir los errores. La FDN, lanzada también 2015 con el apoyo de varias empresas (Google, Storyful o First Look Media), creó la First Draft Partner Network, que aglutina a plataformas sociales, organizaciones de derechos humanos y otros proyectos de verificación que trabajan conjuntamente en la búsqueda de soluciones a la desinformación. Al Jazeera, BBC, Bloomberg, CNN, The New York Times y The Telegraph participan en este proyecto.
A continuación, analizamos cuatro iniciativas independientes de verificación y mostramos cómo están innovando:
Sitio web argentino sin ánimo de lucro, lanzado en 2010 por la Fundación La Voz Pública. Se dedica a la verificación del discurso público, la lucha contra la desinformación y la apertura de datos. Cuenta con un programa de Innovación, centrado en la automatización de los procesos de producción y en experimentar con nuevos formatos; y otro de Educación, que busca desarrollar la capacidad crítica de los jóvenes y capacitar a periodistas. Según fuentes de Chequeado, al menos otras ocho iniciativas de verificación en América Latina han utilizado sus metodologías. El Centro Knight para el Periodismo en las Américas destaca iniciativas como Chequeador, una plataforma de verificación colaborativa para los usuarios; ChequeadoEducación, un espacio de aprendizaje en línea; CHQueate!, un juego de preguntas y respuestas sobre fact-checking; y Justiciapedia, un interactivo que aborda las relaciones entre jueces, fiscales y abogados.
Fundada en 2009 por Michael Samuel y Will Moy, esta iniciativa cuenta con 18 empleados y tiene el estatuto de organización benéfica (charity) en el Reino Unido. Su rigurosa metodología de verificación se basa en tres fases, que incluye la opinión expertos y colaboradores externos. Cuenta con el patrocinio de Omidyar Network y Open Society Foundation para desarrollar herramientas automatizadas de verificación, tales como Live, que permite verificar de inmediato las declaraciones a partir de una base de datos; y Trends, que rastrea y muestra la propagación de información falsa. Full Fact se ha asociado con medios como BBC, ITV y Sky News para verificar las informaciones de campañas políticas en los referendos de Escocia y Reino Unido y en las elecciones generales de 2015 y 2017. Colabora con otros verificadores, como Africa Check y Chequeado. En su blog publican valiosos análisis y comentarios.
A raíz de un proyecto autofinanciado por los socios fundadores, esta plataforma nació en 2012 como un blog colaborativo para verificar las declaraciones de los políticos italianos. Está integrada por expertos en política, analistas y consultores, y no se considera un proyecto exclusivamente periodístico. Uno de los requisitos para formar parte del equipo es no pertenecer a ningún partido político, movimiento o grupo de presión. Actualmente se financia a través de dos vías: clientes como la Radiotelevisione Italiana (RAI), la Agenzia Giornalistica Italia (AGI) y EastWest, que aportaron casi el 90 por ciento de los ingresos entre 2017 y 2018; y donaciones. En los últimos dos años, los integrantes de Pagella Política se han volcado en impartir cursos sobre desinformación en universidades, institutos y organizaciones, promoviendo también una amplia campaña de alfabetización mediática.
Se trata de una organización independiente sin ánimo de lucro, lanzada en 2017 por grupo de periodistas y editores noruegos, para verificar la información que circula en el discurso público. Dos diarios y dos canales de televisión apoyaron su creación. Su financiación proviene de subvenciones de fundaciones, ONGs y patrocinadores que se identifican con su ideario independiente. En los primeros meses desde su lanzamiento, tuvo un gran impacto por su trabajo de verificación durante las elecciones de octubre de 2017. Faktisk está innovando en el trabajo colaborativo con decenas de periodistas acreditados, que verifican informaciones en las que son expertos: ciencia, economía, política, educación… Su éxito ha servido para inspirar un proyecto similar en Suecia.
En la Sexta Cumbre Mundial de Verificadores, celebrada en Sudáfrica en junio de 2019, participaron más de 200 profesionales y decenas de organizaciones. Compartieron estrategias para mejorar la lucha contra la desinformación, desarrollar nuevos formatos de verificación y vías de ingresos, e incrementar la automatización de los procesos de fact-checking. Afrontan enormes retos, porque verificar los hechos no es suficiente. Incluso teniendo los mayores recursos, no resulta posible rastrear a todos los usuarios destinatarios de la información errónea para que reciban la verificación correspondiente. Y circula demasiada desinformación en las redes y en el discurso público como para verificar cada falsedad.
Los algoritmos de reconocimiento de falsedades, la automatización de los procesos de verificación y el uso de datos masivos, permiten el reconocimiento temprano de alertas relacionadas con bulos y contenidos falsos. Como argumentan Jorge Vázquez-Herrero y su equipo, investigadores de la Universidad de Santiago, en un reciente estudio, es necesario que las iniciativas de verificación incrementen su nivel de desarrollo tecnológico para luchar más eficazmente contra la desinformación. La tarea es ingente; la innovación puede allanar el camino.