Eva Belmonte (Fundación Civio): “Para que la innovación sea eficaz debe involucrar a todo el medio, y no limitarlo a una zona de pruebas”
Eva Belmonte (Elche, 1982), comenzó su andadura periodística en 2004 trabajando en la redacción del periódico El Mundo, tras licenciarse en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). En 2012 creó la Fundación Ciudadana Civio, de la que es co-directora. Además de ser experta en periodismo de análisis de datos, una de sus creaciones más sonadas es la del blog “El BOE nuestro de cada día”, en el que desencripta y explica las decisiones más cruciales del gobierno español que se encuentran en el Boletín Oficial del Estado. Autora de “Españopoly. Cómo hacerse con el poder en España (o, al menos, entenderlo)”, muestra de forma transparente los juegos de poder en los altos cargos del país. Su trayectoria también recoge la creación de “Medicamentalia” y “El indultómetro”. Belmonte es una apasionada del periodismo político, de las investigaciones en profundidad y del buen tratamiento de la información, por lo que ejerce un periodismo reivindicativo cuyo objetivo principal es el servicio público y el derecho a la información de los ciudadanos, valores que representa Civio. Imparte clase en el Máster en Innovación en Periodismo.
Pregunta: Teniendo en cuenta la transformación digital que han experimentado los medios, ¿cómo definiría la innovación en el periodismo?
Respuesta: Para mí, la innovación siempre ha sido intentar encontrar nuevas maneras de contar historias complejas. Y cuando tienes que contar esas historias, debes innovar y no puedes contarlas tal cual. Por lo tanto, la innovación es la vía para encontrar nuevos caminos para narrar esas historias.
P: Según su criterio, ¿qué medio nacional o internacional cabe destacar entre los más innovadores?
R: Uno de los modelos internacionales que más nos gusta en Civio es el de ProPublica, una organización independiente con grandes investigaciones que desvela malas prácticas por parte de la administración, analiza a fondo los abusos policiales y son muy buenos haciendo trabajos a fondo. Son pioneros y un referente internacional ahora mismo. Medios así hay muchos, pero yo no soy tan de medios como de periodistas. Creo que hay periodistas muy innovadores, pero no hay ningún medio entero que me parezca estupendo.
P: ¿Cómo piensa que se debe llevar a cabo la innovación en los medios para que sea realmente eficaz?
R: Para que sea más eficaz lo más importante es que dentro de un medio no haya un departamento de innovación individual. La innovación debe implicar a todo el equipo en todas las fases, y no tiene sentido crear un pequeño laboratorio dentro de un medio si no involucra a todos, porque se limita a ser una zona de pruebas. Para que de verdad funcione tiene que ser parte del proceso, no solo estar presente cuando se obtiene la información o cuando se narran las historias. Por ejemplo, el periodismo de datos tiende a centrarse en las visualizaciones o en qué bonitos son los gráficos, pero no se lleva a cabo la explicación de cómo se ha accedido a la información que antes no era posible conseguir. Es un tratamiento menos romántico, pero más relevante.
P: ¿Cree que en el periodismo español se innova poco o mucho?
R: En España, el periodismo ha mejorado bastante en los últimos años. Tiene que ver con la llegada de periodistas más jóvenes a los medios, que han empujado para hacer cosas distintas. Los medios tradicionales estaban muy anclados y les costaba barajar otras opciones y llegar a innovar. Cuando nació Civio, en 2012, éramos casi los únicos que trabajamos con la innovación, y ahora hay más medios que la trabajan. Sigue sin ser un tratamiento mayoritario, pero ha mejorado muchísimo.
Eva Belmonte “En Civio nos sentimos orgullosos porque numerosos periodistas que están innovando han bebido de aquí, pero seguimos siendo un bicho raro para muchos medios tradicionales”
P: Centrándonos en la Fundación Civio, esta se presenta como una organización transparente, un servicio de interés público que reconoce el derecho a saber. ¿Cuál cree que es la mejor contribución de Civio para renovar el periodismo?
R: La mejor contribución de Civio es mostrar que se puede hacer un periodismo de verdad de forma independiente, sin depender de fuentes que a veces son parciales, y partiendo de datos públicos, que es algo que antes no se hacía. Lo más importante es mostrar un periodismo sin opinión ni trincheras que vigile lo que hacen los poderes públicos desde el principio hasta el final, y esa ha sido nuestra innovación. Por todo ello hemos recibidos muchos premios internacionales, aunque en España no seamos tan reconocidos. En Civio nos sentimos orgullosos porque numerosos periodistas que están innovando han bebido de aquí, pero seguimos siendo un bicho raro para muchos medios tradicionales.
P: Usted suele destacar que Civio tiene tres componentes: la parte tecnológica, la parte periodística y la parte de activismo. ¿Puede explicar cómo se integran entre sí?
R: La parte tecnológica es imprescindible para conseguir datos a los que sería imposible acceder, y la parte activista tiene mucho que ver con el derecho a la información. Somos periodistas y no hacemos activismo de cualquier cosa. Queremos que determinados datos sean publicados. También que cuando hacemos una solicitud de información nos respondan, que haya procesos públicos transparentes y que esa información se conozca. Cuando hacemos activismo, lo hacemos para mejorar las herramientas que tiene el periodista para hacer su trabajo y para obtener más datos que le permitan ejercer mejor. Es un activismo que tiene mucho que ver con la mejora de la profesión.
P: Algo que me llama la atención es que Civio es una entidad sin ánimo de lucro. Para lograr que su periodismo sea sostenible, ¿de dónde obtienen la financiación?
R: Se financia por varias partes: una es de donantes de organizaciones internacionales, pero no de España, ya que aquí no existen ese tipo de donaciones. También mediante proyectos europeos y becas para elaborar trabajos concretos de investigación. Por ejemplo, ahora tenemos un proyecto europeo muy grande para investigar la corrupción pública. Además, están los socios de Civio que aportan pequeñas cantidades de dinero, y una parte de los servicios que tienen que ver con la venta de visualizaciones adaptadas que hacen los informáticos. Esto refleja que para mantenerte tienes que encontrar varias fuentes de financiación, por si alguna cojea. Ahora mismo estamos asentados y con nuestras cuentas cerradas, pero ha sido un proceso que ha costado.
P: “El BOE nuestro de cada día”, proyecto que usted inició en 2012, pretende traducir y desencriptar la información y las decisiones públicas para los ciudadanos, ofreciendo un valioso servicio. ¿Puede explicar qué utilidad concreta está teniendo una iniciativa como esta?
R: Empecé este proyecto porque me gustaba mucho el periodismo político, pero estaba demasiado centrado en las declaraciones: qué decían unos y otros. Porque no había tiempo, recursos ni interés, nadie se centraba en qué se aprobaba y nadie vigilaba esa letra pequeña. El objetivo de “El BOE nuestro de cada día” es que los ciudadanos sean conscientes de todas las decisiones que se toman y que les afectan, como casos de corrupción o determinados nombramientos al primo o al hermano. Y esto es lo que el periodismo político estaba dejando de lado, preocupándose en si uno insultaba a otro en la tribuna del congreso.
Eva Belmonte: “Si en Civio dejáramos que la audiencia marcase nuestra agenda, dejaríamos de ejercer un periodismo independiente”
P: En el blog “Menéame” señaló que una de las ventajas que permite la tecnología es que cualquier lector puede detectar un error o una mentira y destaparla. ¿Cómo fomentan la participación de los usuarios y lectores en las iniciativas de la Fundación Civio?
R: Este es un tema muy complicado y que hemos debatido mucho. Acabamos de lanzar la Comunidad Civio, donde la gente nos sigue, puede participar, debatir sobre cualquier tema, o aportar nueva información. La participación en el periodismo es muy complicada, porque somos una organización independiente, porque somos los periodistas los que marcamos la agenda, y decidimos qué vamos a investigar y qué no. Dejar que el público decida qué es lo que se va a investigar es algo por lo que no podemos pasar, es la barrera de hasta dónde debe llegar la participación. Pienso que el periodista no debe perder la capacidad de decidir qué temas mostrar, porque perdería su independencia y la potestad de marcar su agenda. Si dejáramos que lo hicieran por nosotros, dejaríamos de ser independientes
P: ¿Puede contar alguna iniciativa de participación que haya sido especialmente exitosa?
R: Algo que está funcionando es fomentar la participación poniendo una nota en cada una de nuestras publicaciones, donde los lectores pueden apuntar cualquier error que detecten en ese artículo, porque todos nos podemos equivocar. Hay gente que nos corrige vía Twitter o correo electrónico, y nosotros admitimos el error. También hay que tener la capacidad de bajarse del pedestal de periodista y entender que cualquier persona en las redes puede saber más que tú de un tema porque es especialista en esa área y tienes que escucharla.
Eva Belmonte: “Los medios con más alcance muestran un periodismo sin ningún código ético y que deforesta toda la profesión, pero no estamos peor que hace unos años”
P: Ante la precariedad laboral, la trinchera ideológica, la crisis de modelos de negocio… ¿Usted cree que el periodismo en nuestro país goza de buena salud?
R: En general, el periodismo en España no goza de buena salud porque los medios con más alcance muestran un periodismo que no tiene en cuenta ningún código ético y lo que hacen es deforestar toda la profesión, y por eso ahora es un momento problemático. Con todo, no creo que ahora estemos peor que hace unos cuantos años. Antes solo estaban los cuatro periódicos impresos del momento, publicaban algo y aunque fuera mentira, eso ya estaba publicado, y no había nadie que pudiera revocar esa idea. Ahora una mentira se hace viral y se tiene que rectificar. Antiguamente los periodistas eran “seres sagrados de luz” a los que nadie les corregía ni les decía nada, y ese juego era mucho más peligroso.
P: ¿Cómo se puede renovar el periodismo y reconectar con los lectores?
R: Se puede renovar si empezamos a ser conscientes de que se puede hacer un periodismo cercano que explique a la gente como le afectan las cosas. Por ejemplo, uno de los temas que más se leen en Civio es el precio de la bombona de butano. Parece una chorrada, pero la gente tiene que saber el precio de esa bombona porque pueden ser engañados cuando la paguen, ya que ese precio no deja de cambiar. Es un tema que va a tener lectores todos los días. A la hora de innovar, los medios tienen que pensar en temas atemporales estudiados a fondo que en cualquier momento vayan a interesar a los lectores, y dejar de preocuparse por lo que ha dicho hoy el político de turno. Hay que incidir en ejercer un periodismo de servicio público.
P: Para concluir, pensando en el futuro, ¿cuáles son los próximos retos que se plantean en la Fundación Civio?
R: Estamos empezando a trabajar con procesamiento de lenguaje natural, vamos a seguir desarrollando temas de servicio público, y continuaremos haciendo nuestras secciones, como “El BOE nuestro de cada día”. Además, vamos a avanzar en cuanto a visualizaciones y gráficos mucho más integrados y vinculados con el texto. Vamos a elaborar temas sin texto, solo con gráficos y titulares. La idea es seguir intentando encontrar nuevas vías que todavía no existen para contar historias, y no quedarnos solo con lo que hemos hecho hasta ahora.