Cómo usar el vídeo online en dispositivos móviles de forma eficaz
El vídeo online consiste en cualquier formato de contenido audiovisual capaz de ser visionado a través de internet. En términos generales, el vídeo online comprende los vídeos que se alojan en YouTube y otros agregadores, los filmes y series online a la carta, el vídeo para móviles y tabletas, las vídeo-llamadas y vídeo-conferencias, los videoblogs y otros formatos. En el ámbito periodístico han surgido formatos específicos, como el videoanálisis, la videoentrevista, el webdoc y el reportaje multimedia.
El creciente protagonismo del vídeo en internet no resulta casual ya que presenta notables ventajas frente a las limitaciones del vídeo tradicional. De hecho, la línea que separa el vídeo online y la televisión se va difuminando cada vez más, pues los usuarios también acceden a contenidos online desde los televisores y aumenta el número de televisiones que emiten vía internet. El consumo de vídeo en la red crece de manera exponencial. Las previsiones de la empresa Cisco sobre el consumo de vídeo online ofrecen una interesante perspectiva acerca de su previsible evolución. Según Cisco, en 2018 el consumo de vídeo en la red supondrá el 79 por ciento del tráfico mundial. Y también según otro informe de Cisco, el vídeo generará más del 9% del tráfico en los móviles en 2019.
En cuanto al consumo de vídeo online en España, en enero de 2014 se registraron 22,7 millones de espectadores únicos, que visualizaron más de 5,3 millones de vídeos. Esta cifra supone una media de 236,7 vídeos al mes por espectador y un promedio de 1.173,6 minutos mensuales (con una media de cinco minutos de duración cada vídeo). Además de consumir contenidos relacionados con la música, el cine, la televisión y el entretenimiento, los usuarios muestran preferencia por los vídeos informativos.
El vídeo online amalgama una gran variedad de elementos narrativos: imagen en movimiento y estática, sonido ambiente, infografía, rotulación, declaraciones, música… con una hibridación compleja que es asimilada especialmente por los más jóvenes. En el caso de vídeos diseñados específicamente para su consumo en dispositivos móviles, con un reducido tamaño de pantalla, ofrecemos estas recomendaciones:
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Incluye planos cortos (en especial, primeros planos).
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Usa imágenes con pocos movimientos de cámara, transiciones claras y ritmo de edición ágil.
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Destaca el mensaje principal al comienzo del video, de forma directa.
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Introduce música que acentúe el efecto emocional del mensaje.
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Reduce el off al máximo, con frases cortas, claras y sencillas.
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Conviene personalizar el contenido, dejando claro quién habla y cómo conecta con el espectador.
Otro de los rasgos del vídeo online es su brevedad. Asistimos a una encarnizada lucha por la atención de los espectadores.
Este gráfico, basado en un estudio sobre 188.000 vídeos realizado en 2008, muestra cómo desciende la atención conforme se alarga la duración del vídeo. Se recomienda que no superen los dos minutos y para mayor eficacia, se sitúen en torno a los 30-60 segundos. La competencia con otros formatos, la disminución de la atención del espectador y el consumo de vídeo en pantallas reducidas fomentan su corta duración.
La viralidad es otro concepto clave para entender la popularización del vídeo online. Un vídeo se convierte en viral cuando alcanza un número muy elevado de reproducciones. La mayoría de campañas virales de éxito en internet tienen como protagonista un único vídeo que, si logra conectar con el imaginario colectivo, tiende a ser compartida y retroalimenta la promoción de marcas o mensajes a un coste reducido y con notable efectividad.