Por qué este post no será viral (5 efectos relacionados con contenidos virales)
La viralidad es una tendencia cada vez más asumida por los medios online. El creciente consumo de información a través de redes sociales nos lleva a replantear las formas de producción y distribución orientadas a estos canales. Como ejemplifica este reportaje sobre la información viral en el periodismo, pueden ser virales los artículos en forma de lista con vídeos breves y llamativos, algún número en sus titulares, un lenguaje que despierte la curiosidad del lector y una distribución estratégica en Facebook. El grado de contagio entre los lectores mediante la acción de compartir el contenido publicado determinará que el artículo se convierta o no de hecho en viral.
Delia Rodríguez, periodista y autora de Memecracia, un libro sobre el que ya hablamos en este blog ha llamado la atención sobre dos peculiaridades de la información en Internet:
-
Una parte de la jerarquía informativa la marca el contagio descontrolado de ideas. Por ello, la relevancia de las informaciones se vuelve parcialmente impredecible.
-
El usuario ha de decidir en todo momento lo que va a ver. El dilema entre ver o no ver, acceder o no a un contenido, puede presentarse en el muro personal de una red social ante, por ejemplo, la publicación de un vídeo de un asesinato macabro.
Estas particularidades señaladas por la fundadora de Verne están relacionadas con otros efectos de la difusión de virales. Conviene conocer dichos efectos tanto para detectarlos como para ser consciente de sus implicaciones, en el caso de los productores de contenidos:
- Efecto Lázaro: Una noticia del pasado vuelve a ser muy compartida y leída de manera inopinada. Se puede explicar por las búsquedas sobre sucesos recientes relacionados con un acontecimiento remoto, que es el que termina consultándose. También puede deberse a que los usuarios de redes sociales comparten una publicación anterior, que otros amplifican hasta que se consulta masivamente.
- Profecías autocumplidas: Una noticia viral que aparezca en un listado de lo más visto acabará amplificando su repercusión porque recibirá desde ahí muchas más visitas. También las publicaciones que incluyen referencias a sí mismas como “la nueva noticia viral” pueden convertirse, efectivamente, en virales.
- Efecto Streisand: Cuando alguien que trata de censurar o acallar una información acaba provocando que ésta se propague todavía más. Su nombre se debe al caso de la cantante Barbra Streisand, que denunció la difusión de una imagen de su mansión, permitiendo así que ésta se hiciera más popular.
- Ley de Godwin: A medida que se intensifica una discusión por internet, aumenta la probabilidad de que aparezca una comparación con los nazis como argumento descalificador del rival. El inventor de esta regla “contraviral” quiso poner en evidencia el abuso de esta comparación extrema y simplificadora como argumento.
- Filtro burbuja: Cuando los usuarios se acostumbran a consultas cerradas, sobre todo aquello que esté relacionado solo con sus intereses declarados. De modo que al consultar con frecuencia los mismos temas, los buscadores nos los siguen ofreciendo y desatienden otras posibles novedades o alternativas, limitando la visión del mundo de esos usuarios.
Para que un contenido se viralice, el volumen de gente con la que lo compartes inicialmente es un factor tan importante como la calidad del contenido o el alcance de los usuarios que lo compartan. Por ello, cuanto más amplia sea nuestra base de contactos que compartan nuestro contenido en las distintas redes sociales, más posibilidades tendrá de convertirse en viral.