Divulgación científica en redes sociales y más allá (I)
Las redes sociales son herramientas poderosas a la hora de informar sobre ciencia por diversas causas. Una de ellas es que son una buena forma de alcanzar a las audiencias más jóvenes (las más codiciadas), ya que según la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), los españoles menores de 24 años son el grupo que más utiliza las redes como fuente principal de internet para documentarse sobre temas científicos. Pero también por otros motivos, como las diferentes opciones de formato que podemos encontrar y que permiten crear contenidos amenos, que ayuden a trasladar los conceptos complejos al gran público. En definitiva, porque constituyen un gran aliado para acercar la ciencia a la sociedad.
En este artículo mencionamos una serie de proyectos, recopilaciones de blogs y casos de comunicación e información científica que se difunden, en su mayoría, a través de redes sociales. Se trata de ejemplos, cuentas, autores e iniciativas interesantes (en castellano en su mayoría) que nos han llamado la atención por su alcance, por su originalidad y su calidad técnica, por aprovechar las posibilidades que brinda el canal o por su enfoque innovador. Se hallan más o menos organizadas por formatos y canales, aunque sin ser demasiado estrictos y no constituyen una lista cerrada, de manera que todas aquellas aportaciones que nos lleguen a través de comentarios y nos ayuden a enriquecer el listado serán bienvenidas.
Vamos a por los tres primeros casos.
1. Vídeos
Si hablamos de vídeos, hablamos de YouTube. El rey de los vídeos a la carta cuenta con cientos de canales sobre ciencia que comparten muy buena divulgación. Desde científicos que realizan experimentos en vivo, hasta clases que nos teletransportan a la etapa de instituto para repasar conceptos básicos, y no tanto, de química, física o matemáticas. Aquí nos vamos a centrar en uno, pero como decimos, son muchos los buenos ejemplos. El elegido es Quantum Fracture, canal creado en 2013 por el físico José Luis Crespo, que además de ser un divulgador excepcional cuenta con un tono de voz muy televisivo. Se trata de un canal de animaciones dedicado a mostrar de manera breve y sencilla aspectos del universo. Actualmente aglutina 1,4 millones de suscriptores y el año pasado su creador recibió el premio al mejor divulgador científico de internet.
De todos los vídeos publicados en este canal nos quedamos con la serie que explica la teoría de la relatividad especial de Einstein, porque tratándose de un concepto tan complejo, consigue dejarlo bastante claro con sus ilustraciones.
Siguiendo con YouTube, son también muy abundantes las recopilaciones sobre los canales más consultados. A continuación, os dejamos algunos enlaces (mezclan iniciativas tanto nacionales como internacionales), empezando por la recopilación que hacen desde Scenio, comunidad de ciencia creativa que busca conectar a divulgadores de la ciencia que se sirven de nuevos formatos y plataformas.
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Cinco canales en YouTube de divulgación científica, publicado en TreceBits
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Diez canales de YouTube que tienes que seguir si te gusta la ciencia, publicado en Hipertextual
Y sin dejar el vídeo, también aprovechamos para recomendar algunas iniciativas de creación de contenido, como el evento Cultube, que congrega a youtubers en diversas áreas de creación y divulgación audiovisual para impartir charlas compartiendo sus experiencias y Ciencia Clip, un concurso promovido por Naukas (sobre los que ya hemos hablado ampliamente en este blog) acerca de vídeos de divulgación científica protagonizados por jóvenes estudiantes.
2. Luchando contra las noticias falsas sobre ciencia
Muchos científicos combaten desde sus blogs y redes sociales las pseudociencias y noticias falsas, desmienten teorías sin base científica y aportan argumentos y explicaciones que rebaten las falacias. En este terreno destacan diversos blogs y autores, entre ellos, queremos subrayar el blog del profesor de Química de la Universidad de Murcia José Manuel López Nicolás, que hace un trabajo de divulgación excelente y que publicó hace ya tres años la obra “Vamos a contar mentiras. Alimentos y cosméticos desmontados por la ciencia” (el enlace a la reseña lleva a otro blog muy sesudo, el de La Ciencia de la Mula Francis, del doctor en Matemáticas Francisco R. Villatoro).
No obstante, el caso en el que nos queremos centrar en este apartado es el del proyecto Maldita Ciencia, con el lema “Conocimiento para que no te la cuelen”. De la mano de los creadores de Maldito Bulo, Maldita Hemeroteca y de Maldito Dato, el año pasado llegó la esperada Maldita Ciencia, con la periodista científica Rocío Pérez a la cabeza. Desde una perspectiva científica e informada hablan de temas de actualidad de una forma amena y divulgativa para desmentir datos falsos. Por ejemplo, explican en qué consiste el método científico para que el público pueda distinguir entre una pseudoterapia y un tratamiento médico real.
Aprovechamos para subrayar que en la batalla contra la desinformación médica, son varias las asociaciones que trabajan para que se proteja al paciente (@Farma_Ciencia; @apetp_; @redunecontacto y la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, entre otras) y cuya labor ha sido fundamental para la creación del reciente ‘Plan de Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias’, centrado en la complicada tarea de “generar y difundir información basada en el conocimiento y la evidencia científica”, tal y como explican desde Xataka.
3. Microblogging
Como ocurre en el caso de los vídeos y YouTube, si hablamos de microblogging, hablamos de Twitter. Y para conocer los influencers de Twitter en el terreno de la divulgación científica, lo mejor es acudir a un artículo científico que publicó en 2018 un equipo de investigadores de la Fundación 3CIN, la Universidad de Salamanca y la Universidad de Valladolid en la revista Communication Papers. El grupo ha estudiado la comunicación de la ciencia en Twitter en España y ha detectado a los individuos e instituciones que tienen más influencia en este terreno, así como los asuntos que generan mayor tráfico.
Los perfiles de @fecyt_ciencia; @jmmulet; @a_valenzuela y @aberron son, en función de su grado de intermediación, los que concentran buena parte del tráfico, lo que los convierte en “agentes clave a la hora de garantizar una mayor visibilidad de los mensajes”. También destacan las entidades más activas en la promoción de la cultura científica, como la Agencia SINC o el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Los cinco temas más presentes en la red social son, por orden de protagonismo: Atapuerca, tecnología, cáncer, innovación y salud, además de otros que originan controversia, como los transgénicos, el cambio climático, la homeopatía y las vacunas. Y estas son las conclusiones más interesantes del estudio:
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Los perfiles más productivos son los personales, especialmente los de científicos, es decir, la actividad en Twitter depende más de un interés y un compromiso individual que de disponer de un equipo de comunicación.
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Existe una fuerte vinculación de los tuits con la actualidad científica nacional e internacional.
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Se detecta un uso de Twitter no tanto centrado en la difusión de contenidos y opiniones sobre ciencia, sino más bien enfocado a la promoción de productos y eventos de divulgación.
El objetivo de este artículo, como habrás comprobado, es aglutinar información, recomendaciones y ejemplos interesantes para los amantes de la ciencia y las redes sociales. Una especie de “chuleta” de los imprescindibles de la ciencia en español, que iremos actualizando. Ayúdanos a enriquecer este work in progress con tus aportaciones dejándonos un comentario y pronto publicaremos una segunda parte.