Es hora de que pongas en práctica tu creatividad

En el vertiginoso sector de los medios de comunicación, la creatividad se ha convertido en un elemento crucial para el éxito, aunque en las redacciones apenas se potencia (e incluso se la ahoga o asfixia). En las profesiones relacionadas con la comunicación, ser creativo te ayudará a destacar y alcanzar tus objetivos. Pero esta cualidad no es innata ni tampoco se improvisa; requiere esfuerzo, constancia, y está al alcance de todos. Aunque solo tú puedes dar el primer paso. Por eso, te recomendamos una serie de buenas prácticas que te ayudarán a llevar tu creatividad a otro nivel.

Imagen: Andrea Piacquadio en Pexels.

Hace unos años, cuando atravesaba una época turbulenta tanto en lo personal como en lo profesional, mi válvula de escape para afrontar los problemas fue escribir relatos muy breves, microrrelatos.  Entonces -ni ahora- no me consideraba una persona especialmente creativa, pero mi mente estaba a diario en constante ebullición. Y aprendí a descubrir las historias que germinaban a mi alrededor. Anotaba ideas sobre ocurrencias, tramas, personajes, escenas, conflictos… Luego las trabajaba y reescribía aprovechando tiempos muertos o los fines de semana. Aún conservo decenas de cuadernos repletos de aquellas anotaciones. Finalmente, en 2008 acabé publicando un libro de microrrelatos, gracias al apoyo de varios amigos. Aquella experiencia me ayudó a comprender que la creatividad está al alcance de cualquiera: es cuestión de proponérselo. Por eso, te comparto algunos hábitos que me ayudan a tratar de ser más creativo en el día a día.

Nuestro trabajo habitualmente es la antítesis de la creatividad. Vivimos inundados en una vorágine de gestiones, correos, deadlines y reuniones que nos saturan e impiden que nuestra mente se libere y dedique tiempo a pensar. Tras una jornada intensa con horarios recargados, es complicado que te plantees cambiar el chip y conectar con tu vertiente creativa. ¡Bastante tienes con sobrevivir! Pero no podemos tirar la toalla: es necesario romper con esa inercia para salir de la rutina que nos atenaza y dedicar tiempo a lo que nos gusta y enriquece. En el fondo, ser creativo nos incomoda. Por eso, muchos deciden apagar esa luz y se limitan a sobrevivir entre los claroscuros de sus maratonianas jornadas insufribles.

Ha llegado el momento de que enciendas la llama de la creatividad y permitas que ilumine tu vida. Detente un instante, da un paso atrás, y reenfoca tus prioridades y tu horario para dejar sitio al pensamiento creativo en tu vida.

Imagen: Pixabay en Pexels.

Uno de los aspectos más importantes es mantener una mente abierta, estar dispuesto a poner en tela de juicio nuestras propias creencias y explorar diferentes perspectivas. Por ejemplo, supongamos que te encargan promocionar un nuevo producto en un medio de comunicación. En ese caso, en lugar de seguir los métodos convencionales –“lo que siempre se ha hecho, lo que funciona”-, puedes pensar en formas innovadoras de conectar con el público, como generar un concurso relacionado con el producto o difundir testimonios de usuarios que usen el producto y lo recomienden. A través de una mentalidad abierta, nos resultará más fácil dar con soluciones creativas que sean más eficaces.

Otra técnica para desarrollar el pensamiento creativo es practicar la observación. Observar implica prestar atención al entorno, ser curioso y hacerte preguntas. Por ejemplo, un periodista puede fijarse en un comportamiento de la gente en un barrio determinado: cómo intercambian y reciclan todo tipo de materiales (ropa, enseres, electrodomésticos…); a partir de ahí, surge la idea de un reportaje, entrevistas a distintas fuentes y recopilas datos que te permitan elaborar una historia de interés periodístico. La observación ayuda a identificar patrones y conexiones que otros pasan por alto, dando lugar a soluciones creativas que llevan tu trabajo a un nivel superior.

La colaboración es otro factor clave. Trabajar con personas que poseen talentos y capacidades diversas te ayudará a generar ideas, recibir valiosas sugerencias y plantear alternativas. Por ejemplo, si eres diseñador y trabajas en un proyecto, puedes colaborar con otros diseñadores para ampliar tus perspectivas e identificar otras soluciones. La colaboración contribuye a superar puntos ciegos y genera ideas que quizá no se te habrían ocurrido a ti solo.

Otra forma de fomentar la creatividad es hacer pausas regularmente. Tomarse un descanso te ayudará a recargar las pilas, despejar la mente y ver las cosas desde otra perspectiva. Por ejemplo, si estás trabajando en un relato, haz pausas de vez en cuando y permite que tu mente divague; así facilitarás enfocar la historia desde un ángulo diferente. Además, evitarás el agotamiento y mantendrás la mente abierta a nuevas ideas. También es importante disponer de un entorno propicio donde puedas expresarte con libertad, experimentar y asumir riesgos sin miedo al fracaso ni a las posibles consecuencias negativas.

Imagen: Shukhrat Umarov en Pexels.

Creativity Understanding Innovation in Problem Solving, Science, Invention, and the Arts de Robert Weisberg, ofrece un análisis detallado de los procesos de innovación creativa. Weisberg sostiene que la creatividad no es algo mágico, sino una actividad cognitiva y psicológica compleja que podemos mejorar mediante el estudio y la práctica. Este experto explora cómo la creatividad se relaciona con la inteligencia y la psicología. También critica el mito de que los genios poseen este don innato, y argumenta que en ella subyacen procesos cognitivos como la percepción, la atención, la memoria y la resolución de problemas.

En The Art of Creative Thinking: How to Be Innovative and Develop Great Ideas, John Adair recoge ideas valiosas y propuestas prácticas para incrementar la creatividad y la innovación. Según este autor, la creatividad no está limitada a las artes o al mundo empresarial, sino que se puede aplicar a cualquier campo.

Creativity: A Short and Cheerful Guide, de John Cleese, y “Creativity, Inc: Overcoming the Unseen Forces That Stand in the Way of True Inspiration” de Ed Catmull, son dos clásicos. Catmull recomienda generar un entorno en el que la gente se sienta cómoda compartiendo sus ideas y asumiendo riesgos sin miedo al fracaso. En el estudio de animación Pixar, Ed Catmull creó una cultura abierta, donde los equipos de cada proyecto (guion, animación, producción, etc.) se podían criticar y retroalimentar a lo largo de todo el proceso, de forma que el resultado final mejoraba notablemente. Y es que los fracasos son valiosas oportunidades de aprendizaje para lograr grandes avances. Su libro es una joya que gustará a quienes deseen aplicar la creatividad en el liderazgo de equipos.

Por su parte, Cleese subraya la importancia de conectar con un estado mental relajado para que fluyan las ideas. Contemplar el mundo con atención y curiosidad es una fuente de inspiración. Para mejorar la observación, Cleese aconseja fomentar el pensamiento lateral, es decir, la capacidad de pensar de forma no convencional para encontrar nuevas soluciones a los problemas. El intercambio y la discusión de ideas contribuye a superar los bloqueos creativos y a generar propuestas novedosas a partir de la retroalimentación de los demás.

Imagen: Pexels.

Desde las aportaciones de estos gurús y la experiencia personal, ahí van unos cuantos consejos para ser más creativo:

  • Reserva todos los días un tiempo específico para la creatividad, sin distracciones. Basta con al menos 30 minutos en los que puedas concentrarte únicamente en pensar y generar ideas.
  • Elige un lugar tranquilo y apacible donde concentrarte sin distracciones. Por ejemplo, en una habitación aislada o en una cafetería con auriculares para bloquear el ruido, y así entrar en un estado mental creativo.
  • La curiosidad es el fundamento de la mentalidad creativa. Sé curioso sobre todo lo que te rodea, hazte preguntas y desarrollarás un interés genuino por aquello que te propongas hacer.
  • Practica el pensamiento divergente, que consiste en generar múltiples soluciones a un problema. Esto puede lograrse mediante una lluvia de ideas, la elaboración de mapas mentales o el uso de asociaciones de palabras al azar. Aprenderás a establecer conexiones entre conceptos inconexos.
  • Busca la inspiración en distintas fuentes: los libros, la música, la ciencia, la naturaleza… estimularán tu imaginación. Por ejemplo, acostumbra a pasear a diario y que tu mente contemple el entorno, se relaje y divague.
  • Colabora con los demás. Trabajar con otras personas te ayudará a obtener nuevos enfoques y puntos de vista, que a su vez espolearán tu creatividad.
  • Experimenta con diferentes perspectivas. Por ejemplo, ponte en el lugar de otra persona para ver un problema desde un ángulo diferente.
  • Deja tiempo para la incubación, es decir, aléjate del problema y deja que el subconsciente trabaje en él, en segundo plano.
  • Utiliza analogías y metáforas que facilitan conectar ideas aparentemente inconexas, generar emociones y explicar una realidad de manera que la entiendan tus interlocutores.
  • Acepta el fracaso y aprende de él. No tengas miedo a asumir riesgos y cometer errores, que a menudo originan propuestas innovadoras. La mente creativa afronta saltos al vacío y vueltas en círculo. Es una forma que tiene nuestro cerebro de ir estructurando el pensamiento.
  • Deja que tus ideas germinen. Algunos pensamientos te parecerán más o menos acertados, pero no los desprecies. Las ideas -incluso las malas- son una excelente materia prima que necesita tiempo para crecer, expandirse y llegar a buen puerto. Con el tiempo, tus intuiciones cristalizarán en ideas más concretas y certeras…

Ojalá los periodistas dediquemos más tiempo al pensamiento creativo y a romper con los moldes establecidos, la falta de tiempo y las rutinas que cercenan nuestra imaginación. En estos tiempos de automatización, algoritmos y ChatGPT, practicar regularmente estas técnicas incrementará tu creatividad. Si desarrollas estas cualidades hasta convertirlas en hábitos integrados en tu vida diaria, podrás emprender proyectos que te desafíen, te sentirás más realizado y recuperarás la ilusión. El resultado te sorprenderá.

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